martes, 31 de agosto de 2010

La pérdida de hábitat

Los sistemas naturales son especialmente vulnerables al cambio climático y algunos pueden sufrir daños significativos y/o irreversibles. Entre los ecosistemas naturales en riesgo por su especial vulnerabilidad se incluyen los glaciares, los arrecifes coralinos y atolones, los manglares, los bosques tropicales y boreales, los ecosistemas polares y alpinos y, las zonas húmedas y praderas. Aunque algunas especies puedan aumentar su extensión, el cambio climático hará que muchas especies aumenten su peligro de extinción. Se estima que entre el 15 y 37% de las especies del planeta se van a extinguir.
La distribución, el tamaño y la densidad de la población, así como el comportamiento de la fauna se verán afectados directamente. Sin una adecuada gestión, esto provocará que algunas especies que están clasificadas como “críticamente amenazadas”.

Todos estos impactos son visibles en todo tipo de hábitats: acuáticos, terrestres y marinos. Entre ellos está la reducción de los glaciares, la congelación tardía y deshielo temprano de ríos y lagos, el desplazamiento de ciertos hábitats a mayores alturas, el declive de poblaciones animales y vegetales o la alteración de los ciclos biológicos.

El cambio climático, junto con el empeoramiento del medio, puede aumentar la sensibilidad de muchas especies, dado que no podrán ocupar terrenos en los que estuvieron con anterioridad, debido a la erosión u otros cambios.

Si la temperatura sigue subiendo al mismo ritmo que hasta ahora, todo el arrecife de coral habrá desaparecido en 50 años.

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